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4.11.14

EVITEMOS SACRIFICIOS COMO EL DE EXCÁLIBUR.


    El tiempo ha demostrado que las informaciones que nos daban del mortífero virus "Ébola", resultó ser una cortina de humo para tapar las vergüenzas de los políticos, sus corrupciones y/o latrocinios. Estamos a unas pocas semanas de dichas informaciones difundidas por todos los medios  de comunicación. Nos vendían que el virus en cuestión podía generar una pandemia por la facilidad con que el mismo se propagaba. Resulta cuanto menos curioso, que en estas fechas (04/11/2014) ya no se diga nada, y cuando digo nada es NADA, del maldito virus. Los medios de "desinformación" han puesto el ojo del huracán en los casos (que son muchísimos) de los amigos de lo ajeno. Éstos son.... nuestros políticos y algunas que otras celebridades.
    Como país civilizado que somos (eso creo, de momento), nuestro gobierno repatrió a dos personas que arriesgando su vida, realizaron la honrosa tarea de llevar la ayuda a seres humanos carentes de cualquier tipo de recurso, entre ellos las de medicinas y los cuidados para con los enfermos afectados por el "terrible" virus Ébola. Esta repatriación no llegó a buen fin, pues el precio con que pagaron estas dos personas fue con su propia vida.
    También hubo héroes y "heroesas" que se prestaron voluntariamente para el cuidado de estas personas que portaban el virus maldito, a sabiendas del riesgo que corrían. Le tocó a Teresa Romero, enfermera del hospital Carlos III de Madrid, la cual se contagió al tratar al misionero español Miguel Pajares, repatriado desde Liberia e infectado con el virus del Ébola.

Como viene siendo  costumbre  en  nuestros  gobernantes,  enseguida le echaron  la culpa  a Teresa de su contagio, al no seguir el protocolo debido. Ella lo niega y nunca ha reconocido que se tocara con un guante en la cara. No obstante, aun siendo profano en la materia, no puedo creer que el contagio se produjera por el roce de un simple guante en la cara, pues hartos han estado de explicarnos, que el virus se transmite a través de los fluidos corporales.
    En este episodio breve de tiempo, el virus que nos ocupa se cobró tres vidas: la de don Manuel García Viejo y la de don Miguel Pajares; ambos misioneros infectados y fallecidos por no haber podido vencer a esta lacra. Y el tercero, el perro EXCÁLIBUR, mascota de la enfermera Teresa y su marido Javier Limón, ASESINADO por el mero hecho de ser animal de compañía sin derecho alguno a la vida, siendo el único delito cometido el suplir al hijo que nunca tuvo la pareja propietaria del animal.

Asesinado, por haber estado en contacto con su dueña, como también lo estuvo  su marido, al cual, tras el periodo de cuarentena, no se le detectó el dichoso virus. Excálibur no tuvo la oportunidad de que le realizaran pruebas para detectarle el virus. No tuvo la oportunidad de estar en cuarentena y por consiguiente en observación, porque nuestros gobernantes tomaron el camino más fácil. El sacrificio (para mí, asesinato) del animal y posterior incineración sin llegar a conocer si era portador. Con ello hicieron desaparecer también una enciclopedia viva de datos inmensa. Podrían haber estudiado cómo se desarrolla el virus en animales (en caso de que hubiese sido portador), posibles transmisiones a través de los mismos y otros. Pero claro, eso cuesta dinero. Ese dinero que ahora se encuentra en paraísos fiscales usurpado a todos los ciudadanos y con el que se podrían haber pagado los recursos necesarios para la investigación sobre este animal. Ejemplo hubiéramos de tomar de países como Estados Unidos donde un caso similar se produjo, con perro y todo incluido. En este caso el animal ha tenido mejor suerte, pues las autoridades no decidieron sacrificarlo, sino su aislamiento para la realización de estudios sobre el mismo. También los científicos han criticado el sacrificio de Excálibur.
    Si eres amante de los animales, como amante eres de la naturaleza, existe una página en la web que recoge firmas para evitar que haya otro sacrificio como el de EXCÁLIBUR; para hacer ver la necesidad de que los protocolos de actuación ante casos de Ébola, tanto del estado como de las comunidades autónomas, incluyan el trato que debe dispensarse a los animales domésticos de las personas potencialmente infectadas, con formas de actuación menos perjudiciales que la que sufrió EXCÁLIBUR.
   Habrá personas que criticarán este manifiesto, pues consideran a los animales seres inferiores a ellos mismos. Dentro de la Naturaleza nacemos todos iguales. El ser humano se considera ser supremo sobre todo lo que le rodea, dada su estructura física que le hace ser dominante sobre los demás, lo que le hace tener más derecho a la vida que cualquier otro. Resulta paradójico el hecho de que el hombre nace mucho menos preparado para la vida que los demás animales.
 Si deseas firmar, pincha sobre el cuadro "CHANGE.ORG" y te redirigirá a la página donde podrás firmar la petición dirigida al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. GRACIAS.

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